
El calorcito primaveral
seguía apretando y después de un breve descanso en una mesa de pic-nic y de
encontrarnos con un bocata huérfano, que no nos atrevimos a abrir….llegamos a
Sant Boi. Hicimos una frugal comida en el bar de los chinos (que ya conocíamos
de la vez anterior) y donde se acostumbra a reunir lo más variopinto de la
ciudad del sanatorio. Después tuvimos la genial idea de ir a la Ermita de Sant
Ramón, sin conocer el camino ni lo que nos esperaba naturalmente. Subimos hacia
el barrio de Marianao que está lleno de lujosas casas nuevas y pasamos por el
Colegio Llor, para adentrarnos en una pista que subía y subía. Unos trekkingueros
nos dijeron que era bastante más arriba y ya lo creo que tenían razón. Después
de una buena rampa y oliendo a carne a la brasa, a lo lejos divisé algo que
asemejaba una hermíta y pensé para mis adentros, como sea aquella (que no esa)….no
way. Preguntamos a la familia
que estaba a punto de zamparse la parrillada, y con sus indicaciones tuvimos
claro, que este no era el día para intentar el asalto. Bajamos y de vuelta al
tren.
Gran día de bici. Ermita de Sant Ramón……….un
día de estos…….no te escaparás !!!